viernes, 23 de diciembre de 2011

Te veré unas horas que me caben en la mano. Y estaré como una tonta intentando fingir que no me causa ningún efecto el verte llegar, sino que te saludaré como a una persona más y le echaremos algo de conversación. Pero te aseguro, que pasaré todo el tiempo deseando encontrar un sitio intimo, de los dos, donde la conversación fluya donde tus ojos me miren y tus oídos me escuchen. Admirar tu voz que me cuenta paso a paso los días en los que no nos hemos visto, días que para mi han sido una larga espera. Días con sus noches.

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